PROYECTO 13

1. Establece tus razones para escribir una autobiografía. Tu autobiografía quedará mejor si la escribes simplemente porque quieres, tal vez para compartir las experiencias de tu vida con otros, para obsequiársela a tu familia, para tratar de entender tu vida y las fuerzas que la han forjado, para preservar tu legado, o simplemente para poner en práctica tu deseo de escribir. Si el dinero es tu principal motivación, ten en cuenta que, a menos que tengas cierto renombre, tu historia será difícil de vender. Necesitarás tener una historia interesante de principio a fin. Si bien es posible vender un libro que hable de una persona relativamente desconocida, éste tiene que tener algo muy especial. Significa que tú, el escritor, tendrás que preocuparte más por la historia que por el dinero.
    
2. Lee algunas autobiografías. La mejor forma de familiarizarte con la forma de escribir una autobiografía es leer varias autobiografías buenas. Pídele recomendaciones a tus amigos, familia, y en alguna librería local. Cuanto más leas, conocerás más enfoques distintos, y aunque no tienes que copiar ninguno de estos estilos para escribir tus memorias, te pueden dar muchas ideas de cómo organizar tu historia y hacerla interesante.
    
3. Piensa en tus lectores. Tu estilo de redacción será muy diferente dependiendo de los lectores a los que vaya dirigido. Si estás escribiendo para ti mismo, y nadie leerá nunca tu historia, puedes hacer lo que quieras: tomar atajos, despotricar, o ignorar todas las reglas de gramática. Si estás escribiendo para los amigos y la familia, tendrás que prestar más atención a la legibilidad, pero todavía puedes tomar atajos, porque en ciertas ocasiones tus lectores ya estarán familiarizados con muchos de los personajes y las historias. Sin embargo, si escribes para publicar, necesitas un enfoque más riguroso. No sólo tendrás que editar el manuscrito hasta la perfección, sino que también tendrás que tener en mente todo el tiempo que puede que tus lectores no conozcan nada acerca de las personas o los acontecimientos de tu autobiografía.
    
4. Desarrolla tu tema. Una historia es en general más satisfactoria si tiene uno o dos temas unificadores. En lugar de simplemente recitar los acontecimientos de tu vida en forma lineal como un libro de historia, piensa cuál es la idea principal de tu historia o el motor de tu vida. Tal vez tu historia sea del tipo "de mendigo a millonario", o tal vez el tema central de tu vida haya sido el amor de tu cónyuge. Piensa en lo que es más importante para ti, y construye tu historia en torno a eso. Tener un tema en mente hace que tu historia sea más atractiva, y te ayudará a eliminar todos los detalles sin importancia.
    
5. Organiza tu autobiografía. Sea cual sea la forma en que desees organizar tu autobiografía, es una buena idea que hagas un bosquejo. No necesitas seguir ese bosquejo cuando empieces a escribir, pero puede ser una guía útil. Aquí te mostramos varias formas de organizar tu historia.
   • Escribe cronológicamente. Por razones obvias, el orden cronológico es el estilo más popular de organizar una autobiografía. Es bastante simple: empieza por el principio, y termina cuando llegues al final. Un comienzo lógico sería tu nacimiento, pero también puedes empezar ofreciendo una visión general de las historias de tus antepasados.
      
   • Comienza a la mitad. Por otro lado, a veces hace sentido omitir los años de infancia y comenzar en una época posterior de tu vida. Sin embargo, no tienes que contar tu vida año por año.
      
   • Organízala por temas. Puede que quieras organizar tu autobiografía en forma temática, enfocándote en cómo han evolucionado las ideas generales que impulsan tu vida.
      
    
6. Refresca la memoria . La mejor manera de recordar el pasado es tratar de encontrar cosas que has conservado desde entonces, como fotos y cartas. Es posible que desencadenen un recuerdo o una cadena de ellos. Antes de empezar a escribir acerca de cada etapa de tu vida, intenta encontrar cosas que puedas haber guardado de cada una de ellas. Pregunta a tus familiares y amigos si han guardado algo tuyo de esa época.
   • Para muchas personas, los olores son de gran ayuda para refrescar la memoria. Si quieres recordar detalles de tu infancia en tu hogar puedes, por ejemplo, cocinar una de las viejas recetas de tu mamá que no has probado desde hace mucho tiempo. A medida que el aroma impregne el aire, puede que te transporte a los tiempos de tu niñez cuando cenabas con tu familia.
      
   • Otras cosas más específicas que pueden ayudarte a refrescar la memoria pueden ser juguetes, muñecas, dibujos de la niñez, cartillas de calificaciones de la escuela, el uniforme escolar (una corbata, un escudo), cosas que hiciste, fotografías, premios, diarios, cartas, recuerdos de las vacaciones, música que te gustaba, libros favoritos, ropa que usabas, películas de esa época, expedientes médicos y álbumes de recortes.
      
    
7. Comienza a escribir. Al abrir las compuertas de la memoria, probablemente estarás ansioso por capturar todo a la perfección. Siéntate en un lugar cómodo, relájate y dedícate a una página a la vez. Sé tú mismo: escribirás más rápido y de forma más natural. No pierdas mucho tiempo pensando en el estilo y la gramática, simplemente escribe. Es probable que no estés tratando de ganar ningún premio, pero incluso si lo intentas, no dejes que el "arte de escribir" te impida contar tu historia. Puedes editarla después.
    
8. Edita tu obra cuando esté terminada. Una vez que hayas concluido la historia de tu vida, no toques tu manuscrito durante algunas semanas antes de proceder a editarlo. Puede resultarte beneficioso pedirle a otras personas que la lean y te ofrezcan sus comentarios. Elimina los detalles superfluos, ata los cabos sueltos, y asegúrate de que tu redacción sea clara y legible de principio a fin.
    
9. Guarda tu trabajo. Asegúrate de tener al menos una copia en un lugar seguro contra incendios, inundaciones y otros daños. No querrás perder una obra tan importante. Si guardas tu historia en una computadora, asegúrate de imprimir una copia y guardar una copia de repuesto. Incluso puedes guardar tu autobiografía en la internet. En la mayoría de los casos, querrás también tener un plan para distribuir tu autobiografía. Puedes hacer esto intentando publicarla, o publicándola tú mismo, o distribuyendo copias entre tus amigos y familia. Incluso si decides no distribuirla de inmediato, vas a dedicarle mucho esfuerzo a este proyecto, y deberías tener un plan para pasarle esta historia a tus descendientes.
    
10. Crea una relación a través de tu autobiografía. Tus hijos y nietos conocerán muchas cosas nuevas sobre ti y otras personas, épocas y lugares a través de la historia de tu vida. Según vayas recordando estas experiencias al escribirlas, asegúrate también de tener la intención de compartir algunas historias con la siguiente generación. Por ejemplo, estos recuerdos serán interesantes a la hora de conversar por teléfono con tu familia. Ten en cuenta que la forma en que creciste puede ser fascinante para tus nietos (letrinas, escuelitas de un solo salón, y la vida antes de la televisión). Ellos nunca habrán conocido a gente interesante como sus padres o abuelos. Tienes el poder de darles vida a estas personas a través de tus recuerdos, y te convertirás en una persona multidimensional para ellos cuando sepan detalles sobre tu niñez, tu adolescencia, tus experiencias de trabajo o como padre y abuelo. Es un legado que vale la pena compartir.
     

Cómo escribir un ensayo autobiográfico

1. Entérate de las instrucciones. Quizás te han asignado escribir un ensayo autobiográfico como tarea escolar, o debes incluir uno en tu solicitud de entrada a la universidad. Cualquiera que sea la razón, familiarízate con las instrucciones antes de empezar a escribir. Tu historia puede ser fascinante, pero no te darán una buena nota si no sigues las instrucciones.
    
2. Ejercita tu memoria. Escribe todas tus experiencias que se ajusten a las instrucciones, dejando espacios entre cada idea. Luego, anota algunos detalles adicionales sobre cada tópico posible para el ensayo. Incluye todo lo que se destaque del resto. Escoge la mejor idea (la que te evoque sentimientos más fuertes y que contenga muchos detalles) como tema de tu ensayo.
    
3. Escribe un bosquejo. En otra hoja de papel, escribe todo lo que recuerdes sobre el acontecimiento en cuestión en orden cronológico.
   • Si te cuesta trabajo incluirlo todo, comienza anotando los grandes acontecimientos. Por ejemplo, si estás escribiendo acerca de unas vacaciones familiares, anota que empacaste una maleta, entraste al auto, lo manejaste hasta llegar a tu destino, y luego regresaste a la casa. Es n bosquejo básico, pero es un comienzo. Entonces vuelve al principio y trata de llenar los espacios vacíos entre cada acontecimiento (como comentar sobre los lugares que viste desde el comienzo de tu viaje hasta que llegaste al lugar de vacaciones).
      
   • Sé honesto. La idea de escribir un ensayo autobiográfico es que escribas sobre cosas muy importantes para ti. Tu ensayo no tendrá la misma profundidad emocional si te inventas el acontecimiento (y puede que te quiten puntos por hacer trampa).
      
    
4. Amplía los detalles sensoriales. La clave de un gran ensayo autobiográfico está en ayudar a tus lectores a sentirse como si hubieran vivido el acontecimiento contigo, y eso es más fácil de conseguir con detalles sensoriales. Los detalles sensoriales son aquéllos que describen los cinco sentidos de forma atractiva (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y le aportan a tu redacción una sensación de inmediatez. Por ejemplo, "Era un día de mucho viento" es mucho menos efectivo que "La brisa fresca y salada acariciaba mi cara".
   • Si te cuesta trabajo desarrollar detalles sensoriales, intenta cerrar los ojos e imaginar cómo te sentiste durante ese acontecimiento, concentrándote en un sentido a la vez. ¿Recuerdas algún olor fuerte, o colores vivos, o sabores poco comunes?
      
   • No abuses de los adverbios. Como regla general, debes evitar los adverbios (como "caminaba rápidamente")siempre que te sea posible, porque le restan fuerza a la redacción. En cambio, mejor concéntrate en los adjetivos ("fresca" y "salada" en el ejemplo anterior), los sustantivos ("brisa" en vez de "viento") y los verbos ("acariciaba").
      
    
5. Guarda lo mejor para el final. Cuando cuentas un chiste, guardas el golpe de efecto (o la parte del chiste que lo hace gracioso) para el final. Haz lo mismo con tu ensayo. Concluye el resto del acontecimiento en una o dos oraciones cortas.
    
    

   
   

    

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